Capacidad de una persona para decidir por sí misma algo
Así es como la RAE define ‘Autodeterminación’. Hace unas semanas, el Programa de Autodeterminación (PdA) hizo una excursión a Montserrat para poner en práctica acciones diversas para que las personas con Síndrome X Frágil tengan una autonomía lo más grande posible, tomen sus propias decisiones y se puedan comunicar con fluidez con su entorno.
Así pues, ¡abrigos, mochilas y desayuno preparados!
Hasta el destino tomaremos tren y también el cremallera, un medio poco frecuente que consiste en un sistema ferroviario que se basa en un engranaje mecánico de encaje en la vía de un tercer riel dentado o cremallera. En este escenario trabajaremos aspectos relacionados con la comunicación, donde cada uno debe tomar fotografías de los fantásticos paisajes que se ven desde la ventana para enviarlo a la familia. Con este ejercicio también se trabaja el buen uso del teléfono móvil.
El tiempo de viaje desde la Plaza de España de Barcelona es de más de 90 minutos, una duración considerable que necesita diversión, dinamismo, buen humor y música y por eso se proponen canciones para cantar entre todos. De esta forma también liberamos la tensión y el estrés que suponen los espacios cerrados para las personas con X Frágil y el hecho de no poder movernos al aire libre durante más de una hora y media.
¡Por fin llegamos al centro del recinto del santuario! Subiendo con el cremallera hemos disfrutado de una espectacular y privilegiada visión de la montaña pero ahora es hora de realizar visitas.
Empezamos por dar un paseo por la abadía, después entramos en la basílica y acabamos volviendo a contemplar las vistas. ¡Un entorno de vegetación espectacular!
La hora del almuerzo es innegociable cuando el hambre aprieta y con un grupo de gente diversa, con varios gustos gastronómicos, nada mejor que un buffet libre, donde, cada uno escogerá lo que le va mejor. Esta toma de decisiones cotidianas son especialmente importantes para las personas con X Frágil, puesto que configuran la persona hacia la plena autonomía.
Además, es un momento ideal para empezar conversaciones, intercambiar experiencias sobre el fin de semana o simplemente, sobre el último partido de baloncesto.
Y después de comer, un poco de paseo para bajar el almuerzo y volvemos a coger el cremallera y después el tren para volver a casa después de una jornada donde a través de paradigmas cotidianos, hemos trabajado la toma de decisiones, la cohesión grupal a través del tiempo libre y el ocio, la comunicación y la autonomía con el apoyo de profesionales especializados.